miércoles, 21 de julio de 2021

Análisis de "Sorgo Rojo" de Mo Yan:

*NOTA: Todos los Análisis Literarios que reseñare en el blog no están exentos de  spoilers de forma inevitable. Con el fin de entender en profundidad y reflexionar sobre la obra es necesario destripar acciones, personajes y tramas con el fin de llegar a tender la obra de una forma muchos más detenida.* 

 



Mo Yan (莫言) es el seudónimo de Guan Moye, uno de los autores más representativos de la literatura contemporánea china y ganador del Premio Nobel de Literatura (2012). Dicho seudónimo significa «no hables», siendo este un juego de palabras con el que el escritor juega al hacer un paralelismo con su oficio. Nació en 1955 dentro de una familia humilde de granjeros en la región de Gaomi Noreste, en la provincia de Shandong. Lugar en el que se desarrolla su novela histórica más representativa: Sorgo rojo. Publicada en 1986, narra la historia de una familia de tres generaciones – el abuelo, el padre y el hijo, quien ejerce como narrador testimonial dentro de la historia–, una novela histórica ambientada en la China rural durante los años de la invasión japonesa (1937-1945).

El autor se considera a sí mismo como un narrador de la vida, al más puro estilo tradicional, casi como un cuentacuentos. Al menos, así se autodefine él mismo el 7 de diciembre de 2012 en su discurso para el Premio Nobel[1]. «Como dice un refrán chino: es fácil cambiar de dinastía, es difícil modificar la personalidad, y aunque mis padres me habían educado con mucho cuidado, no consiguieron cambiar el hecho de que a mí me gustara hablar. Esto le había dado un sentido irónico a mi nombre Mo Yan que significa, no hables» (Mo Yan, 2012: 4).



Mo Yan es un perfecto conocedor de la tradición, cuyas historias han sido transmitidas de boca en boca por generaciones, y que ahora él da forma a través de sus novelas. Siendo Sorgo rojo el mejor y más puro ejemplo de esta forma de asumir la tradición a la hora de escribir sobre su pueblo natal y sus gentes. Representados por el ambiente rural, la brutalidad y la planta de sorgo que alimenta y da vida a la región. Mo Yan se diferencia del resto de escritores por su forma de asumir lo literario, como lugar de crítica social, dejando entrever mediante los detalles, más que por la acción en sí, la intención de sus obras. Sabiendo esto podemos saber que la planta de sorgo es el nexo de unión entre sus protagonistas, ya no sólo como un elemento más en el ambiente o como escenario, sino, incluso, como un elemento decisivo entre la vida y la muerte. Temas principales en los que se hunde y reflexiona esta obra tan compleja. Puesto que el tiempo puede pasar, pero la tierra, el río Negro o las plantaciones de sorgo siguen ahí, impertérritas.

Mo Yan tuvo que dejar sus estudios escolares para trabajar en el campo durante la Gran Revolución Cultural, para entrar más adelante, al servicio del ejército de liberación popular, donde comenzó a escribir. Servir en el ejército era la única manera de que un niño cómo él, de una familia pobre y humilde, pudiera acceder a una educación superior. Finalmente acabó estudiando en la Escuela de Arte y Literatura del Ejercito, para luego pasar a cursar una Maestría en la Universidad de Beijing.



Publicó su primera novela en 1981, Lluvia en una noche de primavera, pero su debut como escritor no comenzó hasta la publicación de Sorgo rojo (1987). Más tarde, en la época de los ochenta y con la apertura de China, el escritor pudo enriquecerse en la lectura de nuevas técnicas literarias de índole más occidental. Se inspiró en escritores cómo Gabriel García Márquez, cuya influencia es muy significativa en su obra Sorgo rojo, o William Faulkner. La clave de su éxito estuvo en la conservación de los estilos más tradicionales de la cultura china, pero, trabajándola desde las técnicas estilísticas adquiridas de Occidente. Esto le dio la capacidad de ahondar de una forma novedosa en las raíces de su cultura, y a la vez, expandirse y ser capaz de llegar a un gran número de lectores fuera de su país natal. Lectores que no estaban acostumbrados ni estaban familiarizados con la literatura tradicional china. 

Sorgo rojo relata la angustia, el dolor y el sufrimiento en la región de Gaomi Noroeste, asolada por la invasión de las tropas japonesas, siendo el lugar en el que se desarrolla la acción. Esta novela es narrada por un narrador en primera persona, que hace a la vez de narrador testimonial o personaje. Pareciendo que es el propio autor quien está relatando los acontecimientos que vivieron sus antepasados en esta época de guerra. Esto se debe a las técnicas especializada sobre la novela que ha desarrollado Mo Yan en su carrera como escritor. La obra está dividida en cinco partes: «Sorgo rojo», «Vino de sorgo», «Conducta de perros», «Funeral en el sorgo» y «Muerte extraña», en las cuales se desarrollan las distintas escenas que protagonizan la familia del clan del sorgo rojo. El tiempo en esta obra no es lineal, sino que va saltando de un acontecimiento a otro, entre personajes y ambientes. Dándole una mayor profundidad, muy cercano a la realidad, puesto que está escrito en forma de crónica. En un principio, dichas partes fueron creadas en forma de series, y no fue hasta el año 1988 que se juntó en un solo volumen, con el nombre de Sorgo rojo. Las primeras dos series fueron lo que inspiró al cineasta Zhang Yimou para crear la adaptación que posteriormente ganaría en el Festival de Cine de Berlín un Oso de oro.

El argumento gira en torno al casamiento de la abuela paterna del narrador, la bella Dai Fanglian, con el hijo del leproso de Shan Tingxiu. Este es poseedor de una gran destilería y es dueño de múltiples animales y hectáreas de tierra sembradas de sorgo. Narra cómo su abuela fue porteada por Yu Zhan´ao, el abuelo del narrador, y cómo se enamoraron en el trayecto hacia su boda. Posteriormente, y siguiendo la tradición, la abuela regresa a casa de sus padres, donde les comunica su terrible situación. Pero el bisabuelo materno no hace oídos de sus súplicas (hecho que posteriormente le traería la ruina), descuidando a la abuela entre el sorgo, quien es asaltada por el joven comandante Yu. Por aquel entonces, no era más que un bandolero y un hombre violentos que desafía a las leyes (en esta época se prohibieron los juegos de cartas, los bandoleros, y la venta y el consumo de opio), siendo un personaje que solo ve por su bienestar. Yaciendo juntos entre el sorgo, sellan sus destinos de cara a los futuros acontecimientos de la novela.

El futuro comandante Yu, siguiendo su instinto amoroso hacia Dai, asesina al esposo de ésta y a Shan Tingxiu, su padre. Dejando todos sus bienes a la viuda, que, en aquel momento, se había quedado embarazada del padre del protagonista, Douguan. A partir de aquí los hechos se acontecen de forma fragmentada, dejando en primer plano la muerte del tío Arhat, a mano de los japoneses, la ardua batalla contra estos en la emboscada a un convoy japonés en la carretera de Jiao Ping, y la posterior muerte de la abuela tras la traición de uno de los jefes de la resistencia ciudadana que pueblan la zona.

A partir de aquí, se nos describe una guerra cruenta y desigual, donde los cadáveres humanos se amontonan y son comidos por los perros, los supervivientes se comportan como animales sin alma, donde la traición, las luchas y la deshumanización se vuelven el ambiente constante de la obra. Se nos narra las múltiples mujeres que pueblan el panteón familiar, junto con sus muertes. La abuela tercera, una anciana que caído del abuelo y del padre tras la emboscada, la violación y trágica muerte de la abuela segunda a manos de los japoneses y el asesinato de la tía paterna a la edad de cuatro años en Grieta Salada. También aparecen las historias de cómo se conocieron el padre y la madre del narrador, y la trágica muerte en el pozo del tío materno por falta de alimento. Toda una crónica familiar que es escrita por su narrador para acercarse a esta parte de la historia, buscando una manera de conectar con sus raíces y con lo que un día fue el pueblo de Gaomi Noroeste que habitaron sus padres y abuelos.  

El estilo de Sorgo rojo se caracteriza por tener un amplio abanico de detalles, de metáforas, repeticiones que traen a primer plano elementos típicamente rurales y muy tradicionales dentro de la cultura china. Además de su brevedad y realismo, sobre todo, en descripciones y diálogos. Pudiendo apreciar características propias del cuento popular, que se mezclan con el mito y la leyenda, propias de la guerra que acontece en la obra. Podríamos incluso decir que roza el realismo mágico en algunas ocasiones, como en la muerte de la abuela segunda –la cual estaba poseída por un demonio tras su muerte, y anteriormente a eso, por el espíritu de una comadreja –, o también, el testimonio del viejo Geng quien sufrió catorce puñaladas y sobrevivió porque un zorro místico le sanó las heridas con la lengua. Todo ello nos hace apreciar la obra como un conjunto de voces y experiencias, casi ecos de un pasado, de cuyo dolor aún emana por entre los poros de la tierra en la que habitaron. Su complejidad se encuentra, precisamente, en el uso tan inteligente que hace Mo Yan de todos estos elementos.

Nos acercamos al relato de una historia familiar tan trágica como heroica. Cuya trama se ve opacada por el protagonismo del sorgo, elemento que manda y dirige la vida de sus habitantes. Es comparado este elemento constantemente con la sangre y los cuerpos de las poblaciones locales que lo cultivan, al mismo tiempo, es un elemento metafórico que utiliza Mo Yan para escribir sobre los orígenes, los ancestros y las vidas pasadas.  Vemos la importancia del sorgo, tanto en su cultivo, como en su forma de producción en vino. Seña de identidad de la destilería, que representa a los abuelos y a las raíces del narrador.



Finalmente, en el año 1987, se crea una adaptación cinematográfica de la novela, centrada casi en su totalidad, en las dos primeras partes de la obra. Fue realizada por el director Zhang Yìmóu y participó en el Festival internacional de cine de Berlín del año 1988. Fue galardonada con el premio Oso de oro que catapultó la carrera de su cineasta y el de su personaje femenina principal, Gong Li. Al ser un éxito internacional, hizo que las novelas de Mo Yan, en concreto Sorgo rojo, se viralizaran en este ámbito. Puesto que «ni la obra cinematográfica de Zhang Yimou se entiende sin el papel que en ella juega la literatura, ni la literatura china sería lo mismo sin el directo puesto que el éxito internacional que han alcanzado sus películas ha dado a conocer y ha puesto en valor los originales literarios en las que estaban basadas.»[2]

Sorgo rojo desprende un aura de ironía muy oscura sobre los acontecimientos que narra. Llevando al límite, a ojos de sus personajes, la utilización del humor en algunas ocasiones. Ironías, dobles sentidos, metáforas, tienen como punto de unión la intencionalidad de Mo Yan de trasgredir los límites del propio género al que pertenece la novela. En Sorgo rojo introduce una nueva corriente literaria, denominada, neo-historicismo. Que se caracteriza por ensalzar la historia de personajes reales –marginales en su mayoría– que representan los problemas a los que se enfrentan en sus vidas triviales y cotidianas. Esta cotidianidad, en Sorgo rojo, se verá truncada por las miserias y la angustia de la guerra. Trayendo a primer plano, una de las características más importantes con la que cuenta la obra. Puesto que, al prescindir del desarrollo de una perspectiva política, Mo Yan, narra desde el mismo centro de los sucesos históricos. Alejándose, por tanto, de la tradicional concepción del héroe que aparecen en las narraciones revolucionarias del momento.


En resumen, el autor pretende abrir un nuevo capítulo dentro de la memoria histórica en su país. Refrescando los acontecimientos de su historia más reciente, en parte, para despertar pasiones y emociones más genuinas en el lector, y por otra, es un intento de homenajear a los héroes anónimos del pasado. Recordando, de esta forma, los nombre y lugares que –a ojos de la historia– han sido olvidados, pero que perduran en la sangre y en la memoria de sus descendientes. Así es que cada personaje, ya sea planta, hombre, niño, mujer o animal, representa –a modo de símbolo– los rasgos más fundamentales de la cultura china. De esta manera, el color rojo que aparece continuamente nombrado a lo largo de la novela, representa la conciencia colectiva del pueblo chino, al mismo tiempo, –al igual que con la planta de sorgo– simboliza el dolor, la muerte y la rebeldía.

«Desde el terraplén la vista sur era una extensión interminable de sorgo, absolutamente nivelada, tensa y quieta, un mar de rostros color rojo profundo, maduro. Era un cuerpo colectivo, unido en un único pensamiento magnánimo. Mi padre era entonces demasiado joven para descubrir lo que estaba viendo en términos tan floridos: esto es mi aporte. El sorgo y los hombres esperaban que la flor del tiempo diera su fruto.»[3]

 

[1] Articulo en acceso abierto en: https://www.nobelprize.org/prizes/literature/2012/yan/25459-mo-yan-discurso-nobel/

[2] Labaila Sancho, A. (2012). Mo Yan y Zhang Yimou, una poética compartida: la adaptación cinematográfica de Sorgo rojo (1987). Artigrama, núm. 27, pp. 573-588.

[3] Yan, Mo. (1992). Sorgo rojo. España, Barcelona: El Aleph Ediciones. Pág.45.



Bibliografía:

-        Yan, Mo. (1992). Sorgo rojo. España, Barcelona: El Aleph Ediciones.

-        Artículo Mo Yan, Discurso Nobel de Literatura 2012. En acceso abierto en: https://www.nobelprize.org/prizes/literature/2012/yan/25459-mo-yan-discurso-nobel/

-        Zariquiegui Segura, A., Zhuo Yan, T. (2007). El movimiento Xungen: El tema de la muerte en Sorgo rojo de Mo Yan. Revista de estudios filológicos, núm. 32, pp. 1-20.

-        Labaila Sancho, A. (2012). Mo Yan y Zhang Yimou, una poética compartida: la adaptación cinematográfica de Sorgo rojo (1987). Artigrama, núm. 27, pp. 573-588.