*NOTA: Todos los Análisis Literarios que reseñare en el blog no están exentos de spoilers de forma inevitable. Con el fin de entender en profundidad y reflexionar sobre la obra es necesario destripar acciones, personajes y tramas con el fin de llegar a tender la obra de una forma muchos más detenida.*
La Ilíada, junto con la Odisea, fueron dos obras de
carácter épico escritas en verso por el conocido poeta griego Homero. A quien,
a día de hoy, está considerado como una figura legendaria dentro de la
literatura universal, a pesar del desconocimiento que envuelve su figura con
respecto a su patria y su época.
Con el tiempo, muchos expertos han llegado a dudar incluso
de su existencia y de la autoría de sus obras por diversos motivos: por
ejemplo, la «Cuestión Homérica» defendida por el filólogo alemán Wolf [1]. A
pesar de todo esto, en la actualidad, se acepta el hecho de que, al menos, tuvo
que existir “un” Homero. Este poeta,
por medio del antiguo material de la tradición oral, que ya previamente habían
existido de forma anónima por poetas posteriores (los homéridos), pudo
confeccionar y dar forma a una nueva obra, que, en este caso, fue la Ilíada.
Por tanto, ¿qué es la Ilíada? Es un conjunto de poemas
épicos, los cuales eran la culminación de un largo proceso de evolución con
respecto a la poesía oral a través de los siglos. Donde se encuentran muy
presentes tanto el mito, que era la forma de explicar el lugar del hombre en el
universo, y su relación con él (de ahí proviene toda la trascendencia religiosa
que les caracterizaba), como las leyendas: narraciones trasmitidas de
generación en generación de forma oral y posteriormente escritas. Donde nace el
subgénero de la epopeya, donde podemos catalogar la Ilíada, ya que es una
narración escrita en verso o prosa que narra acciones trascendentales para la
memoria colectiva de un pueblo, donde tienen como protagonista a un héroe,
donde las acciones más comunes son la guerra y los viajes.
Con respecto a esta tradición oral, no debemos olvidar
la importancia de los aedos[2]
(trovadores de la antigüedad) para la difusión y la conservación a día de hoy
de todos estos poemas y cantos de la tradición clásica. Inclusive, de su
trasmisión como memoria cultural a un público, que de otra forma no se podría
conocer. Por otro lado, es necesario diferenciar a estos aedos, de la figura del poeta. El cual tenía en la época una gran
relevancia y estatus debido a sus conocimientos, además de que popularmente, se
les conocían o llamaban hijos de las musas.
La obra de la Ilíada narra las hazañas de Aquiles
durante la guerra de Troya. Hecho verídico, fácilmente localizable, que pudo
ocurrir hacia el año 1250 a. c. En esta obra podemos ver con amplia claridad cómo
se mezcla lo real con lo mítico e incluso lo religioso. En esta obra poética
tiene como protagonistas, tanto en papeles secundarios como principales, a un
héroe. La figura del héroe es característica y principal en el género épico, ya
que es quien sufre todas las tragedias y/o sale victorioso (o no) de las
pruebas a las que normalmente están sometidos. Dichos héroes están estrechamente
entrelazados con los valores de gloria y honor, propios del tema de la guerra. Junto
con la fama, esta gloria y honor son la meta ultima del héroe griego, que en
innumerables ocasiones les lleva de una u otra forma a la muerte.
Podríamos decir que, en la Ilíada, la guerra de Troya
no es mas que el marco donde se desarrollará principalmente la historia donde
Homero contará el enfrentamiento entre Agamenón, el rey de los aqueos y Aquiles,
«el de los pies ligeros». Dividiendo la obra en tres grande partes o
acontecimientos: «La cólera de Aquiles», «Los designios de Zeus» y «La venganza
de Aquiles»[3].
En esta primera parte Homero nos narra cómo se sucede
el conflicto de Agamenón y Aquiles por medio de Briseida (la esclava y futura
esposa de Aquiles). Se puede apreciar a lo largo de estos cantos los rituales
de la guerra, como los sacrificios a los dioses o los códigos de honor entre
los hombres, el reparto del botín y la importancia de la palabra o la deshonra.
El papel de la mujer se verá que es nulo, e inclusive, anecdótico ya que ni el
amor ni el sexo son temas a tratar en estas baladas de guerra.
Por otro lado, y en gran contraste con la película del
2004, Troya (dir. W. Petersen), las
apariciones de las divinidades están presentes desde el inicio de la narración.
Como parte de la vida de los mortales, tanto de una forma activa como pasiva,
llegando incluso a afectar al propio destino de los hombres y sus acciones. Ya
que estas divinidades, son tachadas de “caprichosas” y su comportamiento se semeja
en gran medida al del hombre. Haciéndolas así más accesible y fáciles de
comprender. Estas divinidades aparecen también como personajes dentro del
poema, y son, al fin de al cabo, las responsables del desenlace de la obra
épica, sin olvidarnos del destino. Ya que, como se ha visto a lo largo de la
obra, ni estas deidades pueden obviar la importancia y el peso del destino
irremediable que les deparará a los héroes dentro de la epopeya.
Todo esto es fácilmente reconocible en «Los designios
de Zeus», donde las batallas son guiadas o intercedidas directamente por esta
divinidad. Al ser un texto bélico es usual encontrar escalas de mando o
jerarquía, las cuales son fácilmente aplicables a los mismos dioses. Siendo
Zeus el cabeza y patriarca del elenco de dioses, quienes temen profundamente
las consecuencias si osaran desobedecerle.
Mientras que en la «Venganza de Aquiles» podemos ver
otro motivo central dentro de la obra: la amistad. El sentimiento de
compañerismo y unión entre los héroes durante las batallas estará muy presente
por medio de las penurias, los banquetes y, por supuesto, la muerte. Un ejemplo
muy claro de ello es la relación de Patroclo con Aquiles, cuya muerte será el
propulsor del desenlace de la Ilíada con la muerte de Héctor a manos de
Aquiles, en venganza por la muerte de su querido compañero.
Llegando a este punto a otro gran tema dentro de la
mitología y la tradición clásica es la concepción del cuerpo. En numerosos
cantos se puede observar el valor sagrado que tiene para ellos el cuerpo del
difunto, llegando incluso a respetarse los ritos fúnebres o la presente amenaza
de perder dicho cuerpo a manos de las aves y los perros. Es sabido que esto se
debe al ritual religioso propio de la época, donde la obtención del cuerpo era
vital para traspasar al Hades, el lugar donde reposan los muertos. Este respeto
hacia el difunto se verá en la petición desesperada de Príamo a Aquiles para
que le sea devuelto el cuerpo de su hijo Héctor. Acto que a su vez el mismo
Zeus le ordena complacer, ya que es un acto sagrado e inviolable.
A pesar de ser una obra bélica los sentimientos, como
se verá en «La venganza de Aquiles», obtienen un gran peso en el texto poético.
A pesar de ser héroes, estos “hablan desde el corazón”, mostrando sus
debilidades y fortalezas, llegando incluso a las lágrimas y a la desesperación
en determinados momentos. Siendo esto un total contraste con las escenas de
gran violencia y pulcritud con el que se narran los hechos en la obra. Sin olvidar
la figura de Aquiles como motor de la acción durante todo el poema épico, esté
o no, presente en dicha acción. Ya que la obra no habla sobre la guerra de
Troya, sino del papel de Aquiles como héroe dentro de dicha batalla.
También podemos destacar, como características propias
de la obra, los paisajes tanto descriptivos como narrativos. Los dos brindados
de grandes detalles y guiados por un ritmo lento pero conciso. Creando también
una tensión dramática de los acontecimientos cuando es preciso, por medio de la
violencia grafica que aquí se describe como por los hechos y acciones de los
personajes influenciados por dicha violencia. Destacando, a su vez, la
importancia de personajes secundarios como: Paris, Diomedes, Eneas… para el desarrollo y evolución de la trama a
lo largo del poema. Llegando a tener gran importancia inclusive como
narraciones independientes. Finalmente, esta obra termina con un clímax que se
desarrollará tan solo en cuatro días, a diferencia de los cincuenta y uno que
dura el resto de la narración. Un final apresurado, rápido, pero con fuerza, cierra
esta obra bélica de carácter trágico y heroico.
[1]
Iáñez, E., (1989), Las literaturas antiguas y clásicas. Historia de la
literatura universal- 1. España, Editorial digital: Jaleareal. Pág. 71.
[2]
Ídem. Pág. 69.
[3]
Homero., (1944), La Ilíada. Traducida
por Montserrat Casamada. Editorial: Obras Maestras. Prologo.
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