*NOTA: Todos los Análisis Literarios que reseñare en el blog no están exentos de spoilers de forma inevitable. Con el fin de entender en profundidad y reflexionar sobre la obra es necesario destripar acciones, personajes y tramas con el fin de llegar a tender la obra de una forma muchos más detenida.*
«Cuentos populares polacos» es una antología
que recopila una serie de relatos y cuentos de la cultura popular del pueblo
polaco. Muchas de estas obras fueron rescatadas de la tradición oral por
poetas, novelistas, investigadores y traductores que pueblan esta antología.
Entre ellos destacan algunos como: Kazimierz Wladyslaw Wójcicki (1807-1879) considerado el primer folclorista polaco,
Lucjan Siemieński (1809-1877) poeta y traductor, amante de los cuentos y
cantares populares, Wladyslaw Ludwik Anczyc (1823-1883) en su obra aparecen
elementos tradicionales que el mismo tomó prestado de la tradición oral, Eliza
Orzeszkowa (1841-1910) figura esencial de las letras polacas de la época
Positivista, Maria Konopnicka (1842-1910) poetisa, novelista y traductora
conocida por su producción infantil, entre otros muchos que pueblan esta obra.
Esta antología se encuentra dividida
en capítulos (correspondientes a cada uno de los autor y autoras), formando un
conjunto de historias y cuentos, inspiradas y/o tomadas directamente de la
tradición oral. La acción en estos relatos se desarrolla, en la mayoría de los
casos, en ambientes y lugares correspondientes a la nación polaca. Y es aquí
donde dará lugar toda la producción fantástica y mitológica de los cuentos.
Muchos de ellos influenciados por una cultura pagana anterior, o directamente,
por elementos algo más modernos como la idea de nación o la aparición de una
iconografía cristiana entre sus páginas. Esto se debe a que la mayoría de estos
cuentos se corresponden con una producción literaria que corresponde al Romanticismo.
Pudiendo dividir los cuentos en dos apartados: desde la Edad Media hasta el
Romanticismo y del Romanticismo a nuestros días. Ya que los autores románticos
polacos fueron los primeros en interesarse en el estudio de las fuentes
populares de una forma más detenida, creando a partir de su investigación, más
cuentos a partir de las fuentes, pero con problemáticas o escenarios de la
época. Y en esta antología se ven reflejados tanto los relatos creados por los
autores románticos como aquellos que pertenecen directamente a la producción
tradicional del cuento transmitidos de forma oral por entre el territorio
polaco.
Me sería casi imposible el nombrar a
todos los autores y cuentos que aquí se hayan, por lo que me veo en la
obligación de resaltar y estructurar aquellos que he observado de mayor
relevancia e importancia. Ya fuera por su temática, ambientación, importancia u
otras cuestiones. A si mismo la gran mayoría de ellos se pueden agrupar por
medio de una forma temática, centrándonos además en los aspectos metafóricos de
sus personajes, en la forma en la que se platean la trama y elementos
ficcionales que aparecen en ellos. Y, por último, y más vital al estar hablando
sobre cuentos, sus moralejas.
Con forme esta división hablaremos,
de al menos, cuatro elementos temáticos en los que dividir los cuentos: cuentos
con temática religiosa, cuentos con elementos nacionales, cuentos e historias
tradicionales y cuentos con elementos de origen moral y moralejas.
En primer lugar, comenzaremos con
algunos cuentos con temática histórica o nacional, cuyas moralejas están
destinadas a meditar o razonar sobre aspectos políticos o históricos de la
sociedad polaca. Así pues, el más representativo de esta categoría lo
encontramos de la mano de Henryk Niewiadomska, Premio
Novel de Literatura en el año 1905, con su relato dentro de la antología:
«Leyenda Marinera». Aquí se nos cuenta la historia de un barco llamado Púrpura,
el cual es una clara metáfora del Estado Polaco y cuya metáfora se centra en
los problemas políticos y sociales de la época. Purpura es un barco
prácticamente invencible, pero con el tiempo los marineros que habitaban en él
se confiaron hasta llegar, incluso, a dejar al barco navegara por sí solo. Y
esto provocó que se desgastase y que, a causa de unas enormes olas, el barco
comenzara a hundirse. Al anunciarse el desastre todos los marineros comenzaron
a batallear contra las olas, sin éxito. Entonces uno de ellos les dijo, cuando
todo estaba ya perdido, que en lugar de luchar sin sentido debían arreglar el
barco, aunque fuera bajo el agua. Y aquí acaba el cuento dejándonos como
moraleja y metáfora al barco como representación del Estado, a los marineros
despistados como políticos irresponsables y la lucha y el esfuerzo que tendrá
el recobrar la grandeza del barco que fue antaño.
Henryk Niewiadomska tiene además dos
cuentos más en esta antología: «Un cuento», el cual parece una versión anterior
y eslava del cuento de la Bella Durmiente, ya que unas hadas viajan a un reino
para bendecir con dones a una princesa, y «Un cuento de Sabala», donde un
anciano, alrededor de una hoguera, relata la historia de un joven que engaño y
encerró debajo de una piedra a la propia muerte y esta al ser más tarde
liberada se apena de un niño que suplica por la vida de su madre. La muerte
viaja al cielo para ver que podía hacer por aquella mujer ante el mismísimo
Jesucristo, quien la abofetea con el alegato de que él nunca se olvidaría de
aquellas criaturas y le manda llevarse igualmente a la madre. Este cuento tiene
un mensaje católico muy fuerte para el pueblo polaco, ya que dicho mensaje
final predicar la fe en la voluntad de Dios, de que a pesar de la muerte no van
a ser abandonados.
Otros cuentos con temática nacional
incluidos en esta antología los encontramos en: la «Leyenda de Lech», la
«Leyenda de Popiel» y «Piast» de la autora Cecylia Niewiadomska (1855- 1925),
cuya aportación a la literatura más importante fue precisamente al estudio e
investigación sobre los cuentos tradicionales polacos. Estos cuentos, en
realidad, podrían ser tomados como un único relato al ser prácticamente
consecutivos y al estar íntimamente relacionados. Dichos cuentos tratan sobre
el origen mítico del pueblo polaco, además de que dichos cuentos también son
representados en otros pueblos eslavos a modo de leyenda. En ellos se narra la
muerte de un rey corrupto a mano de las ratas, o en otro, como un humilde
campesino agasaja con todo lo que tiene a unos desconocidos en el día en el que
se le da el nombre de “hombre” al mayor de sus hijos. Mas tarde, nos enteramos
de que, en realidad, eran Santos y que estos bendijeron a su hijo quien llegó a
ser rey, al portarse tan bien con ellos. Transfiriéndole un origen divino a
esta nueva dinastía.
Para finalizar presentamos otro
cuento, cuyas raíces parten de la historia real de Polonia, encontramos, «La
dote de Santa Kinga» del autor Wlandyslaw Ludwik Anczyc (1823-1883). En este
relato tiene como protagonista a una reina polaca que fue famosa por la dote
que presentó a los polacos y que fue de gran ayuda en guerras venideras. El
cuento, a pesar de ser corto, representa a modo de leyenda el momento en el que
Santa Kinga decide dar como dote en su compromiso con Boleslao una mina de sal.
Para conseguirlo arrojo su anillo de compromiso en Hungría a una cantera de
sal, y después, al casarse en Polonia y regresar a Hungría, con el pretexto del
anillo, toda la sal que sacaron pasó a ser de sus nuevos compatriotas y cuenta
la leyenda, y en este cuento, que el primer bloque de sal que se extrajo de la
cantera se encontró el preciado anillo de Santa Kinga incrustado allí.
Por otro lado, y siguiendo el hilo de
los cuentos con una finalidad moral y de moraleja, resaltaremos los cuentos
maravillosos de: «Lo que sucedió con el lino» de Maria Konopnicka (1842-1910)
y «Lo que la tristeza buscó por el mundo» de Eliza Orzeszkowa (1841-1910), ambas
autoras femeninas. El primero corresponde todavía a una estructura tradicional
del cuento, cuyos elementos aparecen centrados en la representación de un rey bondadoso
y la moraleja que envuelve el final de este cuento. Este rey quiere ayudar a su
pueblo ya que sus tierras no albergaban suficientes riquezas para ellos. Por lo
que decide acudir a un pordiosero quien le promete grandes riquezas con las
semillas que le entrega al rey. El rey al principio tiene paciencia y espera,
luego al sentirse humillado y traicionado al ver que estas no funcionaban manda
arrestar al anciano y destruir la cosecha de las semillas mágicas. Después de
una infinidad de problemas con la planta, casi habiendo destruido los restos de
esta por completo, el rey haya al anciano y lo encierran en una torre. El
preso, que había prometido al rey que le demostraría que las semillas sí que
traían riquezas, le pide a una joven que le trae la comida que le traigan el
resto de la planta. Y con ella hace un tapiz, ya que las semillas eran semillas
de lino y todas aquellas acciones que llevaron al rey a destruir la planta hizo
que pudiera, como último paso crear dicho tapiz. El preso se lo regala al rey,
y este sorprendido, le libera y su deseo de obtener riquezas para su pueblo se
hizo realidad. Lo fundamental de dicho cuento se encuentra en su moraleja, ya
que enseña que hay que tener paciencia si uno quiere obtener resultados y que
nada en el fondo es lo que parece. Ya que, a pesar de ser las intenciones del
rey algo bueno, acabó obteniendo problemas, lo que le llevó a realizarse como
personaje. Un personaje con el que todos nos podemos sentir identificados.
En segundo cuento en cambio, la
estructura del relato cambia. Los personajes son ahora personificaciones de las
emociones humanas, las cuales se encuentran en un lugar idílico en mitad de un
campo. Aquí no encontramos castillos, enemigos y otros elementos típicos del
cuento tradicional. En «Lo que la tristeza buscó por el mundo» se
puede apreciar el elemento puramente romántico que le brinda su autora. La
protagonista de este relato no es otra que la Tristeza, la cual, apenada por
las penurias que le hace pasar a los humanos busca una emoción que pueda
contrarrestarla. Por lo que la lleva ha hablar con otras emociones en busca de
aquella que pueda acabar con ella, sin encontrarla, concluyendo que la
Misericordia sería la única capaz de lograr tal objetivo. El punto fuerte de
este cuento reside en las conversaciones que mantienen las emociones
personificadas, y en las conclusiones a las que nos hacen llegar por medio de
estas. Un relato cálido e intenso que no tiene nada que envidiar a ningún
cuento tradicional.
Como un último ejemplo del relato tradicional
hay que añadir el cuento «De una muchacha durmiente y tesoros encantados en el
fondo de una arrollo» de Boleslaw Prus (1847-1916), uno de los nombres más
conocidos e importantes de las letras polacas. Autor de la conocida novela La
Muñeca, y de cuya obra se ha extraído este cuento. En este relato se nos
narra la aventura de un herrero que se enamoro de una joven dormida, y rodeada
de tesoros, en el fondo de un rio, hoy marchito. Desconociendo que aquel lugar
solo se abría dos días señalados del año fue a visitar a una anciana que le
indicó el día en el que volvería a parecer dicho lugar. Pero también le
advirtió que tuviera cuidado ya que la muchacha y los tesoros estaban
custodiados por horribles bestias, las cuales reaccionaban ante el miedo. Pero
el herrero no tenia miedo y aquel día bajo, enfrentándose a aquellos monstruos,
los cuales no pudieron herirle ya que no les temía. Se encamino hacia la
muchacha, ignorando los tesoros que la rodeaban, e intento quitarle el clavo
que tenía esta insertado en la cabeza y por el cual la hacía dormir. El herrero
al intentar sacarlo, despertó a la muchacha quien grito de dolor suplicando que
parase, y este asustado se apartó de ella y siendo, finalmente, devorado por
las bestias. Este cuento, se diferencia de los otros dos en que no tiene una
moraleja clara y aparente, además de que los hechos narrados son crueles y sin
un final feliz. Pero (en mi humilde opinión) de los tres cuentos este es el que
más se asemeja a un cuento puramente tradicional. Dejando un mal sabor de boca
al llegar al final, pero de igual manera, con una sensación familiar y de
ensueño.
Pasaremos ahora a los cuentos con
temática tradicional, donde se nos presentan costumbres típicas del lugar,
castillos, lugares geográficos reales y que de ellos ha surgido por medio del
folclore como una leyenda. Muchos de estos cuentos tienen un lugar o un
elemento que los relaciona con la realidad, como una leyenda o un mito que ha
ido surgiendo de boca en boca y que con el tiempo han acabado en esta
antología, con más o menos modificaciones. El primer cuento que se presenta en
esta categoría es «La Reina del Báltico» de Lucjan
Siemienski (1809-1877), donde nos cuenta una leyenda relacionada con el mar
Báltico, ya que en él es donde se desarrolla este relato. La reina del Báltico
al enterarse por sus súbditos subacuáticos de la presencia de un hombre en sus
aguas pescando sin su permiso a animales del mar les ordena ir hacia el y,
mediante el canto, encantarle para que se sumerja con ellos y finalmente
ahogarlo. Pero antes de que su mandato se llevara a cabo la Reina se enamora de
aquel joven, y en vez de condenarle a muerte, le condena a estar con ella una
vez cada cierto tiempo. Y así fue como surgió el romance entre ellos. Romance
que acabaría en tragedia con la muerte de ambos y su castillo bajo el mar
destruido. Y se dice que aun partículas de dicho castillo pueden encontrarse en
las orillas del mar Báltico. Con este cuento se nos presenta la relación de los
cuentos tradicionales como una explicación a hechos que acontecen y que no se
les pueda dar una explicación. Es bonito pensar que tanto el coral como las
conchas que alguien encuentre a las orillas de estas playas, puedan llegar a
pensar que sea parte de un antiguo castillo de una reina marina que cometió el
error de amar a un mortal.
Con dos cuentos del autor Kazamierz Wladyslaw Wójcicki (1807-1879), «Los
Caballeros durmientes de Wawel» y «Los Ojos Brujos» terminaremos esta sección
de cuentos tradicionales. El primero es un relato de pocas páginas que nos
cuenta como debajo del castillo de Wawel en Polonia, cuenta la leyenda, se
encuentran dormidos los Caballeros de Wawel, los cuales están aguardando a la
llegada de enemigos para despertar y proteger las tierras polacas a cualquier
precio. El cuento también nos relata como de vez en cuando se oyen ruidos
provenientes de debajo del castillo, y se creen que son los caballeros que allí
aguardan. Y el día que despierten se oyera un estruendo por todo el territorio
polaco anunciando su despertar. Desde luego una leyenda digna de ser reatada
delate del imponente y bello castillo de Wawel.
Por otro lado, el segundo cuento se
nos describe la ruta que hacían los barqueros polacos por un río que daba a un
inmenso castillo y de quien se encondía tras sus muros. Un gran señor que había
sido maldecido con unos ojos que a todo aquel al que miraba le acababa
provocando la muerte era el temor de todo barquero que surcaba aquel río por
que las ventanas de aquel inmenso edificio daban a sus aguas. A pesar de que
aquel buen señor era cálido y amable su mirada producía grandes daños y este
era el motivo por el que se encontraba solo y triste en su castillo. Tan solo
un fiel sirviente se había quedado a su lado y le hacia compañía. Pero un buen
día de invierno una familia de campesinos, un matrimonio y su joven hija,
pidieron asilo al pobre hombre encantado. Y este acepto, dejando que aquellas
gentes habitaran y dieran vida a su hogar. Mas tarde la amistad creció y el
buen señor pidió la mano de su hija al campesino. Este pregunto mas tarde a su
hija quien acepto el compromiso. Pero la maldición seguía estando allí, y la
muchacha embarazada se su querido hijo perecía en el lecho. Con ardua
convicción y arto de hacer daño a quien quería el buen señor se arrancó los
ojos. Provocando que su joven esposa se recuperara y naciera una niña fuerte y
sana. Nunca pudo verla, pero vivió una larga y feliz vida junto a ellas. Y los
barqueros de aquellas aguas aun hoy temen dirigir sus miradas a lo que queda
del castillo, por si, aún pudieran caer a manos de los ojos brujos.
El último conjunto de cuentos
corresponde a aquellos con una clara temática religiosa, donde representan las
costumbre y creencias relacionadas con la religión católica en tierras tradicionalmente
polacas. Ya que esta temática es muy usual en todos los autores, o casi todos,
que aparecen en la antología de «Cuentos populares polacos» he escogido un
par de cuentos para enmarcar y finalizar con el análisis de estas narraciones.
Dichos autores y sus correspondientes cuentos son: «El diablo Boruta» y «El
diablo Boruta de Leczyca. Boruta Canoso» de Kazamierz Wladyslaw Wójcicki y
finalmente «Jesucristo y los bandoleros» de
Karimierz Przerwa-Tetmajer.
Prácticamente el cuento del «Diablo
Boruta» y «El diablo Boruta de Leczyca. Boruta Canoso» podríamos unirlos en dos
cuentos sucesivos. Ya que en ambos se nos plantea como personaje principal un
demonio llamado Boruta que en las recónditas mazmorras de un castillo custodia
todo su tesoro. Pero una noche aburrida, y al oír la música que, provenía de
una fiesta, decide ir a divertirse a una boda ajena. Donde acaba retando al
novio y a los comensales, perdiendo parte de su vestimenta y unos dedos de la
mano derecha. Dichos comensales al ver que al inicio del alba desaparecía aquel
forastero no les quedó más que suponer que no era otro que el mismísimo y
temido demonio Boruta. En el segundo cuento en cambio, se nos presenta un
personaje que por su fuerza y fiereza las gentes le llamaban como aquel demonio
aterrador. El hombre para comprobar su fuerza y su poderío, acabó accediendo a
las mazmorras donde Boruta tenía su tesoro escondido, dispuesto a robárselo,
pero allí le encontró el mismísimo diablo y saliendo de aquellas mazmorras
lleno de temor, y con parte del tesoro, sufrió un maleficio. Ya no tenia esa
fuerza que le caracterizaba y su cabello se volvió del color de la nieve. Las
gentes comenzaron ahora a llamarlo Boruta Canoso, y con el tiempo esta
debilidad le acabó matando, siendo el diablo Boruta el día de la muerte de este
el que recuperó sus tesoros de la casa de nuevo a su mazmorra. Ambos cuentos
tienen como protagonista a un demonio, que en la religión católica es sinónimo
de maldad y de la presencia del maligno. Este elemento demoníaco es muy común
en refranes y culturas tradicionales en todos los pueblos del mundo, a pesar de
que algunos no tengan la religión católica instaurada en ellos.
Y para finalizar, nos saldremos un
poco del esquema de los diablos, los cuales están muy presentas en esta
antología, con otro cuento religioso llamado «Jesucristo y los bandoleros». A
diferencia del anterior, aquí el elemento más importante del cuento es la
personificación de la figura bíblica del hijo de Dios, Jesucristo. Quien,
acompañado por San Pablo, son víctimas del secuestro de unos bandoleros,
quienes por sus actos a lo largo del camino van demostrando que, a pesar de ser
bandoleros, en el fondo, son buenas personas. Este relato termina cuando,
siendo capturados estos bandoleros, se le condena a muerte a pesar de sus
buenos actos. Y aquí Jesucristo con un claro paralelismo con las escrituras
amenaza a los jueces con que su padre, el día de mañana, les juzgará a ellos de
la misma manera. Haciendo así presente por medio de este cuento la importancia
de un equilibrio entre la moral y la justicia. La critica y o reflexión de su
autor se nos hace presente por medio del paralelismo con los evangelios, donde
en más de una ocasión Jesucristo amenazó de igual manera.
Todos los cuentos que he mencionados, y
otros muchos que no he podido meter, no solo es una clara memoria de las
leyendas y mitos que pueblan un pueblo tan rico en cultura y tradición como
Polonia, sino que es un ejemplo perfecto de como las tradiciones se van
transmitiendo de generación en generación hasta llegar a nuestros días por
eruditos que han sabido apreciar su valor dejándolos por escrito para que gentes
del siglo XIX como yo puedan disfrutarlos siglos más tarde. Ha sido una
experiencia grata, enriquecedora y sobre todo divertida. Por que no hay que
olvidar que los cuentos, cuentos son y que una de sus funciones más esenciales
es el de enseñar a través del divertimento. Y puedo concluir que ha sido una
lectura de lo más entretenida la cual recomendaría a todo aquel que quisiera
adentrarse entre los pliegues de la antigüedad y la historia polaca.